Medio siglo de migrañas

 

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La migraña es una de las enfermedades que más absentismo laboral produce en la mayor parte del mundo occidental. Apenas conocemos nada sobre ellas y menos aún su detonante; pero, a pesar de ello, los avances en medicina ayudan a los pacientes a tratar de llevar una vida más o menos normal.

Antes de comenzar, aclarar que no soy médico ni nada por el estilo... simplemente soy un afectado tratando de explicar como me siento cuando me dicen que "simplemente es un dolor de cabeza, no es para tanto".

Siempre denostada, a pesar de su elevado número de pacientes que la padecen, el resto de la población no llega jamás a comprender el nivel de dolor que se puede alcanzar ni lo incapacitante que puede llegar a ser. Por ello, sin ser ninguna enfermedad de las denominadas raras; muy por al contrario, bastante frecuente, es una de las más incomprendidas. Hace muy poco, viendo la película de animación "Mars Express" (Jérémie Périn, 2023) hablaban de "ligeras migrañas" refiriéndose a un efecto secundario que no voy a desarrollar aquí para no hacer 'spoiler' de algo que no viene a cuento. Pero lo que yo me pregunto es... ¿existen quizás las "ligeras migrañas"? ¡Porque yo llevo ya medio siglo sin conocer tal cosa!

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La migraña puede darse de muchos tipos. Una de las más comunes y dolorosas podrían ser las tensionales que parece que se producen tras una exposición del paciente a una situación de estrés o nerviosismo. Pero además, también se pueden dar con los cambios de presión atmosféricas o bajo ciertas temperaturas. La mayoría de los pacientes que he conocido, coinciden en que el frío merma la sintomatología e incluso se utiliza para aliviar el dolor.

Pero no únicamente se produce dolor en la cabeza cuando aparece una migraña. Puede afectar también a la mandíbula, llegando a producir necrosis en las raíces de las piezas obligando a la práctica de endodoncias; la intensidad del dolor hace que en muchas ocasiones el paciente acuda a la clínica dental para hacerse una revisión y llevarse la sorpresa de que todo está bien y en su sitio. En mi caso personal, no se detectó la necrosis hasta hace apenas una década, y no en una única pieza... tuve que hacerme unas cuantas endodoncias, una tras otra, semana tras semana. Supongo que tiene mucho que ver con las terminaciones nerviosas. De joven llegué a quitarme yo mismo una pieza molar sana de la que hoy todavía conservo su hueco en recuerdo. Me la quité con mis propias manos pensando que eso me aliviaría el dolor de la migraña... bueno... utilicé alguna herramienta pero no voy a dar detalles para no convertir esta publicación en algo gore.

Mientras el paciente sufre de migraña, suele sentir como que está en un proceso febril, pero el termómetro marcará siempre una temperatura normal. Son cosas que no se explican entre otras sobre esta enfermedad y por eso ya no es la primera vez que un radiofonista de los alucinantes mundos misteriosos aseguran que la migraña "es algo psicológico". Esto es algo que escuché en un programa de muchísima audiencia llamado "La Rosa de los Vientos" y no sé de donde sacaron esa teoría... pero bueno... seguro que como otras. Lo malo es que seguramente fueron escuchados por miles de oyentes en todo el mundo mostrando una falta de respeto y empatía brutal hacia millones de afectados por la enfermedad. Pero claro... no se hacen responsables de lo que opinen sus invitados. ¡Yo tampoco!

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Pero también podemos encontrar migrañas abdominales, que producen náuseas e incluso vómitos y diarreas. Este tipo de migraña suele confundirse con gastroenteritis y por culpa de las largas esperas que existen en la atención primaria de nuestro sistema sanitario, cuando se puede finalmente acudir a un médico, no detectan nada anormal y entonces se achacan a cualquier virus o incluso a un alimento en mal estado.

Estamos pues, ante un problema de salud más molesto de lo que pueda parecer. Es una de las enfermedades menos diagnosticadas porque mucha gente que las padece no acude por ello hasta que se convierten en algo crónico y aún con eso, son pocos los que terminan derivados al neurólogo que es el médico especialista que debería estudiar cada caso en particular y ofrecer una medicación que puede o no funcionar. Luego, en caso de que el neurólogo no atine con la medicación, todavía está otra sección, la unidad de migraña, más especializada aún con tratamientos experimentales a los que los más afortunados podrán ser derivados.

Pero, ¿por qué es tan difícil derivar a los pacientes? Supongo que se trata de un problema tan estadístico como presupuestario. Entiendo que siendo una enfermedad con tanto paciente, si de cada uno tuviesen que enviarlo al neurólogo, teniendo en cuenta que a día de hoy el tiempo de espera para ser atendido está entre uno y dos años, la atención entonces sería imposible. Por lo tanto, únicamente los casos más complejos terminan siendo tratados por un médico que realmente conoce un poco de qué va el tema.

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Las mujeres también lo tienen realmente complicado por temas puramente biológicos. Es muy común padecer dolores abdominales y de cabeza durante el proceso de la menstruación. La mayoría de ellas no llegan a diferenciar la migraña de los dolores menstruales y tardan muchos años en darse cuenta de que además de unos dolores, son víctimas de los otros también. Cuando recurren al médico de familia, es difícil que las envíen a neurología y se limitan a ir recetando píldoras y otras soluciones con el sistema científico de prueba-error. Lo más normal es que les receten una medicación y cuando vuelven porque no les hacen gran cosa, cambien y "prueben" con otra a ver que tal. Pero, ¿por qué hay medicación que no funciona? Por lo dicho, existen muchos tipos de migrañas. La entrevista con un neurólogo es mucho más efectiva y posiblemente no necesite más que una o dos sesiones para determinar cual es y el medicamento que más se ajusta a cada paciente.

De todas formas, en el medio siglo que llevo padeciendo de migraña, y con un diagnóstico oficial del neurólogo desde hace menos de la mitad, debo decir que se avanzó muchísimo. Cuando era niño, los médicos no tenían la menor idea de por donde andaban y lo normal era que te dieran paracetamol a aburrir, provocándote la cronicidad de la enfermedad porque para ellos era un simple dolor de cabeza.

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Existen muchas leyendas al respecto. Recuerdo que te decían que cuando cumpliese los cuarenta remitirían. Sin embargo, diría que en mi caso fueron a más y con bastantes novedades. De hecho, tuve que solicitar nueva revisión con el neurólogo porque otra de las cosas que no he comentado aún pero que acostumbra a hacerse es darle de alta a un paciente en cuanto una medicación resulta efectiva, sin hacer apenas seguimiento de la misma. El resto de la vida del afectado será un vivir luchando con lo poco que le queda cada vez que una crisis le achaque.

Como paciente, voy aprendiendo poco a poco sobre como afecta a mi cuerpo pero nunca dejo de descubrir una cosa más. Recientemente entendí que en ocasiones mi presbicia puede acentuarse más con el coste que supone disfrutar de una buena lectura. Supongo que esto sucede desde hace años, pero cuando se da la casualidad de que estás leyendo un libro con una tipografía más pequeña, es cuando comienza a cuadrar que de ser un problema visual real, no debería recuperarse. Con todo, no sería la primera vez que pienso en acudir a la consulta del oftalmólogo mientras la visión no vuelve a ser clara.

Lo que también parece ser común a muchos tipos de migraña es la sensibilización al ruido, a la luz fuerte y al calor. Meterse en un lugar fresco, silencioso y obscuro, o incluso usar algún paño helado o similar (el clásico tópico de la bolsa de guisantes congelados, aunque hoy ya existen geles que hacen esa función).

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La migraña es tan incapacitante que tengo dejado muchos estudios y no me dedico a lo que me gustaba por culpa de la imposibilidad de poder estudiar durante varias horas sin que me explote de dolor el cráneo. Además, sucede que cuando tengo una crisis, me olvido de lo que llevo estudiado. De hecho, hay muchas cosas que no consigo recordar y por ello, día tras día, sigo buscando información de aquellas cosas que me gustan, como del mundo fotográfico. Pero no es lo mismo cuando no existen presiones de exámenes ni evaluaciones.

Sin embargo; cuando era joven, no olvido lo mal que lo pasaba en tiempos de examen a pesar de ser eso que llamaban "buen estudiante". A pesar del gran esfuerzo que tenía que hacer, lo peor llegaba después de los exámenes donde al relajarme aparecía la crisis y me quería morir. Cuando en la siguiente evaluación retomábamos algún tema me daba cuenta de que lo que había estudiado y que aprobara con tan buena nota desapareciera como por arte de magia de mi área de conocimientos. Así que no podría hacer carrera en algo con estudios continuos como la medicina o la informática, por ejemplo. Tampoco en el mundo de la historia que tanto me gusta porque el tema de las dataciones no se iba a llevar muy bien con mi cabeza.

Y podría seguir hablando mucho más sobre lo que se siente cuando se sufre una crisis de migraña pero creo que esto ya es demasiado largo para una publicación retroiluminada y leer mucho a través de pantallas produce también migraña. Eso es lo más paradójico de hoy en este blog.

La primera vez que describí el dolor de una de mis migrañas dije que era "como si me clavasen una aguja de calcetar y la removiesen en mi cerebro"

Espero que desde hoy, sientas más empatía por aquel que te diga que está pasando por una migraña. Pues no es un dolor de cabeza como otro cualquiera...