Con esa mirada mitad complice mitad hastío me está diciendo que durante un rato me permite fotografiarlo.
Se relame solamente de pensar en la siesta que ambos nos vamos a pegar una vez termine de molestar con esta registradora de luz.
No es muy paciente y me va dando muestras de aburrimiento.
Por un momento trata de recogerse a ver si el fotógrafo desiste pero parece que éste busca el ángulo. ¿Es que nunca se cansa?
¡Qué pesado el tipo! Ya no sabe que hacer y se resigna.
Bueno... quizás tapando el objetivo finalizamos la sesión.
Comentarios
Publicar un comentario
Déjame aquí tu comentario.