¿Cuántas veces hemos dicho eso de que los objetivos fijos son los mejores y que tenemos que acercarnos con las piernas? Pues aquí te traigo una de esos momentos en los que llevaba una focal variable y hubiese perdido esta instantánea que además duró justo lo que el tiempo de captura.
Hace ya muchos años que la hice, y como fue totalmente inesperada y; por cierto, ni que decir tiene que por aquel entonces no había ayudas de estabilizadores ni historias de ese tipo. Tampoco llevaba un trípode, así que me arriesgué con lo que tenía y a una obturación lo más lenta que pude realizar en el momento con mi pulso confiando en mi técnica para tratar de obtener una sedosidad en las aguas aunque perdiese nitidez porque para mi lo más importante era el efecto artístico. La trepidación que pudiese causar la incomodidez de la toma poco me importaba entonces.
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