A punto de caramelo
están las esplendorosas vides
con el sol brillando en el cielo
y la maquinaria a medio gas
donde los colores y las flores
deslumbran en los largos días
y me abruman con sus sabores
y aromas todos a fresca vida.
Todo el mundo está contento
y de la mano se sale a pasear
pues aquí es feliz hasta el viento
que me acaricia para refrescar.
Ya nos llegó el verano
que quisiéramos todo el año.
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