A veces necesitamos el revulsivo de un impacto para hacernos filosofar y recientemente, un impactante suceso ha hecho que al día siguiente en el tiempo que pasamos juntos mi gathijo y yo tumbados sobre la cama, relajados y regaloneando cómplices, produjo esta serie fotográfica y también esta carta con cuerpo poético que dejo antes de la serie y que supongo que entenderán únicamente quienes tengan una de esas almas peludas acompañándoles en su día a día.
Mucha gente no lo entiende
pero eres más que mi amigo
ni tú mismo eres consciente
aunque siempre estés conmigo
y en momentos críticos
a mis pies das abrigo
me controlas y vigilas
y lo haces siempre con sigilo
y aunque apariencia tengas
de fiera y corazón frío
eres todo un amor
que sólo da y pide cariño.
En el reino animal
y eso es algo comprensivo
no se entiende, claro está
lo que es el amor escogido.
Lo que si se conoce, quizás,
la camada, la cría de un hijo.
Ascendiente o descendiente,
no sé si ocupo ese sitio
pero tú para mi sí que eres
un buen gathijo adoptivo.
Y por eso el día que faltes,
te extrañaré y lloraré
como un niño.
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